DESARROLLO
SIN FORMATO
I. El Facilitador invita a dos de los participantes a que se pongan de pie, uno en cada extremo de la sala, silenciosos y mirándose a los ojos. Les pide que caminen muy lentamente, uno en dirección del otro.
II. Sin que haya nada planeado, cuando estas dos personas se encuentren, deberán expresar lo que sienten impedidos a hacer.
III. Podrán continuar el encuentro durante el tiempo que ellos decidan.
IV. Terminado el encuentro, el ejercicio prosigue, con otros dos participantes.
V. Al final de la experiencia, se hacen comentarios, no sólo por parte de los protagonistas, sino también de los observadores.
VI. El Facilitador guía un proceso para que el grupo analice, como se puede aplicar lo aprendido en su vida.
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