Los alumnos son un grupo

 

La clase es un grupo peculiar y en principio no podríamos considerarla un grupo propiamente dicho; sería necesario, para ello, que dispusiera de una finalidad y de un dinamismo propio fruto de las relaciones que se establecen entre sus miembros. Un grupo es algo muy diferente a una mera suma de individuos que fortuitamente se sientan juntos para compartir una actividad de aprendizaje.

Veamos algunas características específicas del grupo - clase:

a) el grupo - clase se hace a lo largo del curso.

b) los intereses y conductas del grupo, el tutor y el profesorado, están estrechamente interrelacionados.

e) el alumnado no está en el grupo - clase por elección; los objetivos, la estructura y los contenidos de trabajo son impuestos en buena parte.

En la literatura psicopedagógica, se señala que el buen funcionamiento de un grupo depende de la presencia de una serie de aspectos básicos, que son en definitiva los que definen un grupo:

Afecto, estima y seguridad: El grupo debe proporcionar a cada alumno y alumna sentimientos de seguridad, apoyo y reconocimiento de su valía.

Metas grupales conocidas y compartidas: Son los objetivos y la finalidad del grupo: ¿Para qué se ha constituido'? ¿Cuál es la finalidad de conformar el grupo - clase? «Un grupo con éxito tiene objetivos claros, específicos, verificables y breves, y sus participantes tienen objetivos personales similares o compatibles con los del grupo.» (Fernández, 1991: 74).

Roles asumidos y deseados: A cada miembro de un grupo se le asigna un papel, una conducta que es esperada, determinada, aceptada o tolerada por el grupo en relación con la posición que ocupa. «Muchos de los conflictos personales que aparecen en los grupos tienen su origen en que las personas se ven obligadas a desempeñar un papel con el que no están de acuerdo.» (Fernández, 1991: 75).

Normas, cohesión grupal: Lo que le da cohesión a un grupo, sentido de cooperación y deseo de trabajo conjunto, es la existencia de una serie de normas conocidas, pactadas y aceptadas.

Comunicación e interacción: La comunicación e interacción dentro del grupo es un componente básico para el desarrollo de un sentido de vinculación a un grupo. A veces éste no se produce por falta de un procedimiento de comunicación adecuado en el grupo.

Pertenencia: Sentimiento de formar parte de un grupo.

¿Por qué es importante?

Todo profesor es consciente de que el funcionamiento del grupo - clase es uno de los factores que inciden en el aprendizaje; sin embargo, todavía hoy dejamos en manos de la «suerte» la buena o mala marcha de los grupos de clase; sería útil disponer de actividades grupales diseñadas por nosotros que permitieran un mejor funcionamiento de la clase.

Esta cuestión nos permite entender y contextualizar conductas que responden a estereotipos habituales en el aula: alumno agresivo, boicoteador, juguetón, pelota, tímido, bueno, etc. Casi siempre se trata de expresiones de una necesidad básica de afirmación personal.

Si sabemos que determinadas actividades grupales (trabajo cooperativo, asambleas de deliberación, etc.) contribuyen a la integración y cohesión de los grupos, dejaremos de entenderlas como «meros juegos grupales» y sabremos para qué utilizarlas, a saber, el desarrollo de las relaciones interpersonales y de la inserción social.

Si conseguimos que el grupo - clase comparta unos objetivos educativos, es más fácil que se alcancen.

La comunicación y el conocimiento entre los alumnos pueden ser utilizados como factor que alivia tensiones y permite un mejor clima para el aprendizaje. Sería muy útil llevar a cabo en el grupo procedimientos de trabajo grupal que fomentaran la cooperación y el apoyo entre iguales, el respecto y la colaboración con los adultos, previniendo lo que luego pueden constituir problemas de relación y disciplina.

¿Cómo puedo reconocerlo?

El buen funcionamiento de un grupo se manifiesta en una serie de conductas grupales que nos avisan de su grado de consolidación y de productividad. La constitución de la clase como un grupo es un proceso que pasa por una serie de momentos de los que daremos cuenta a continuación:

En el trabajo ya citado de Fernández (1991), se apuntan cuatro etapas en el proceso de conformación de los grupos:

De orientación: Situación inicial de agrupamiento. Cada alumno y alumna trata de saber a qué atenerse dentro del grupo. Comienzan a aparecer expectativas positivas respecto a lo que puede conseguirse dentro del grupo a la vez que cierta ansiedad respecto al propio comportamiento, al del líder y al del resto de los compañeros.

De asentamiento y clarificación: Surge un primer momento de insatisfacción, por la comparación entre las expectativas y lo que realmente sucede en el grupo, en general, inferior a lo esperado; y un segundo momento de resolución, en el que existe un descenso de la insatisfacción y un aumento de sentimientos positivos tanto entre los participantes como ante el trabajo.

De productividad: Deseo de participar en la experiencia grupal y un alto nivel de trabajo.

De clausura: necesidad de balance final para que sea consciente el grupo de lo conseguido, evitando sentimientos de frustración por la sensación de pérdida.

En relación con el grupo - clase nos puede interesar conocer el momento en que se encuentra y la situación de sus elementos fundamentales.

¿En qué momento de constitución está el grupo - clase?

1. Orientación:

Los alumnos empiezan a conocerse entre sí, conocen algunas aficiones de los compañeros/as y conocen al profesorado.

Los alumnos empiezan a conocer sus tareas y responsabilidades en el grupo.

Los alumnos empiezan a conocer los modos de funcionar en la clase: normas, representantes, modo de funcionar en cada una de las asignaturas, etc.

2. Asentamiento y clarificación:

Predomina la insatisfacción originada por la comparación entre las expectativas ideales depositadas en el grupo y las que realmente puede cumplir. Tiene lugar posteriormente un momento de resolución, es decir, de descenso de la insatisfacción y aumento de sentimientos positivos, siempre que se hayan puesto en juego procedimientos de trabajo grupal que hayan permitido superar los posibles conflictos e insatisfacciones.

3. Productividad.

Deseo de participación de los alumnos en la experiencia grupal; ésta se lleva a cabo con un alto nivel de eficacia gracias a la existencia de metas claras y compartidas, roles asumidos y deseados (tareas definidas y repartidas), normas compartidas, coordinación efectiva y clima general de colaboración.

4. Clausura.

El grupo clase utiliza determinados momentos durante el año para analizar y evaluar el funcionamiento interno de los grupos de trabajo y de la clase en general.

¿ Qué conductas nos ofrecen información sobre la necesidad de trabajar los aspectos básicos del desarrollo grupal?

Afecto, estima y seguridad:

Busca la seguridad y afecto mediante conductas descriptivas como las de «pelota», «payaso», «pasota», «opositor», «abogado de los pobres», etc.

Metas grupales conocidas y compartidas:

Lo que se pretende en el grupo no es conocido por todos los alumnos, no se sabe qué acciones conjuntas tienen que acometer como grupo, ni tampoco las normas básicas de funcionamiento o las tareas grupales que realizar en cada asignatura.

Las metas se perciben como impuestas desde fuera del grupo, no se ven como importantes, hay escasa participación grupal, lentitud en las tareas, retrasos, etc.

Roles asumidos y deseados:

Hay conflicto de intereses, falta de disposición para la escucha, acusaciones, falta de acuerdos; persisten actitudes individualistas y no es posible centrarse en una tarea común; indecisión ante la disparidad de intereses; representantes grupales sin prestigio en el grupo.

Normas, cohesión grupal:

Existencia de unos códigos y normas explícitos e implícitos que regulan el funcionamiento del grupo.

Comunicación e interacción:

Existencia de niveles mínimos de relación entre todos los miembros del grupo y entre los diferentes subgrupos que suelen existir dentro una clase.

Pertenencia:

Manifestaciones de orgullo y satisfacción por pertenecer a un grupo clase determinado,

¿Qué puedo hacer?

Lo mejor, para evitar que surjan problemas individuales o grupales, es intentar «construir grupo».

Para ello es conveniente desde el comienzo:

Tener en cuenta la estructura informal de la clase (observar los alumnos líderes, aislados y rechazados, las agresiones personales, etc.).

Negociar con los alumnos ciertos aspectos de su aprendizaje: la metodología, los contenidos, la evaluación. Es muy importante que el grupo - clase asuma su propias metas de aprendizaje, así como las normas internas para el funcionamiento del aula.

Favorecer la interacción en las actividades escolares, atendiendo a la satisfacción de las necesidades, intereses personales, etc.

Estimular la colaboración frente a la competición.

Fomentar cauces de participación en el centro y en el aula.

Sin embargo, un grupo no se construye mediante medidas aisladas. De hecho, la estrategia fundamental consiste en favorecer de modo sistemático el trabajo cooperativo en las distintas áreas.

Por ejemplo, realizar habitualmente trabajos en equipo con la siguiente secuencia:

Distribución de tareas dentro del equipo.

Trabajo individual.

Puesta en común y elaboración en grupo del trabajo realizado.

Disponemos además de una serie de actividades y técnicas de grupo que puede realizar el tutor/a con su alumnado y que facilitan la construcción de grupos - clase: actividades de acogida, pacto de normas del grupo, elección de delegado/a, asambleas de aula, participación en juntas de evaluación, validación del programa de acción tutorial, etc.

Cuando observamos que es un alumno/a concreto el que ve mermado su aprendizaje por problemas respecto al grupo, lo primero es conocer su situación en el grupo y si esto confirma el problema, utilizar actividades grupales como las que aparecen en la bibliografía. A partir de aquí trataremos de analizar cuál de los factores que definen la realidad de un grupo está más desajustado (comunicación, normas, roles, interacción, pertenencia). En función de este conocimiento el tutor debería articular una respuesta adecuada.

Por ejemplo: si un alumno presenta dificultades y manifiesta una escasa relación con sus compañeros, podemos adoptar la decisión de cambiarle de subgrupo, realizar más actividades grupales y localizar la atención del tutor hacia el alumno cuando trabaje en grupo.

La función de las técnicas y actividades grupales es diferente dependiendo del momento por el que pasan los grupos (orientación, asentamiento, productividad, clausura). El conocimiento de la dinámica de grupos nos lleva a afirmar que algunas actividades exigen un nivel mínimo de funcionamiento del grupo.

 

 

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