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Los grupos psicoterapéuticos con orientación psicoanalítica, buscan el análisis de los conflictos en un nivel más profundo. En estas formas de tratamiento de grupo, el material usado para la discusión y la exploración son la libre asociación, los sueños y las fantasías. Estos grupos se basan en la premisa de que todo grupo, cualesquiera que sea la razón de su existencia o las metas que se proponga lograr, opera según leyes muy definidas. Por ejemplo cuando cambia un miembro o varios de ellos, los sistemas de interacción se modifican y, en buena medida, funcionan como si se tratara de otro grupo (Palacios). El proceso de la terapéutica psicoanalítico de grupo quedó definido en el V Congreso Latinoamericano de Psicoterapia de grupo, en Sao Paulo: "es un método, que empleado por un analista neutral, aunque bien participante, da como resultado la regresión al desarrollo de la neurosis o psicosis de transferencia, según el caso. Su solución ha de derivar de técnicas consistentes de interpretación con la consecuente elaboración. Al resolverse el conflicto transferencias que es revivencia de encrucijadas infantiles mal superadas, ocurren cambios en el aparato mental del paciente que le capacitan a lograr una mejor adaptación en su ambiente real. Tales cambios operan desde el punto de vista metapsicológico en los territorios dinámico, económico, adaptativo y de manera discreta en el estructural". (Palacios.)
La necesidad creciente de allegarse asistencia del psicoanálisis para el tratamiento de una amplia variedad de problemas, ha originado una serie de técnicas especializadas que se apoyan en él. Una de éstas técnicas es la psicoterapia grupal psicoanalíticamente orientada.
Originalmente, los psicólogos y psiquiatras recurrieron a la terapia de grupo debido al alto costo y el tiempo excesivo del análisis individual así como a la falta de terapeutas debidamente entrenados. La terapia de grupo brinda a los individuos la oportunidad de desarrollarse en un campo más relacionado con la misma vida y evita el que se genere una dependencia del individuo hacia el terapeuta, puesto que promueve o fomenta el fortalecimiento de relaciones con un grupo mayor de gente. Este método se ha usado a nivel institucional o privado para tratar niños con problemas, para atacar el problema de la delincuencia juvenil y para el tratamiento de grupos de adolescentes y de adultos.
El psicoanálisis de grupo, la terapia de grupo o los grupos de encuentro con orientación psicoanalítico, se consideran como un acontecimiento importante dentro de la práctica del psicoanálisis.
Dentro del ambiente grupal, el analista se compromete a una participación completa al igual que los miembros del grupo; no se puede refugiar dentro de su posición tras el diván, por el contrario, tiene que revelarse él mismo como un ser viviente que está totalmente involucrado en el drama humano que se presenta ante sus ojos. Se ve desprovisto de sus poderes mágicos y no tiene otra alternativa que la de compartir sus limitaciones y sus fuerzas con los demás integrantes.
Los participantes pueden observar entre sí y observar sus interacciones: el terapeuta también observa la interacción entre sus pacientes para con ellos mismos y para con él. Además, el sistema de grupo permite observar a los pacientes en situaciones tan aproximadas a la realidad entre el individuo y el grupo y cómo ellos contribuyen hacia la salud y la patología. Por lo tanto, esta técnica puede ayudar a los individuos a funcionar mejor en la sociedad y, al mismo tiempo, ayudar a crear una sociedad que produzca menos individuos inadaptados.